Camino de la victoria: ¡España a la final del Mundial 2010!

¿Quién nos los iba a decir? Incluso yo era uno de los escépticos que pensó que no pasaríamos de octavos viendo el primer partido contra Suiza. Desde luego que se lo han ganado, pero yo no tuve mucha fe (eso sí, siempre con ganas de que me sorprendieran). Pero desde que vi ayer como se desarrolló el partido contra Alemania, ya nunca volveré a dudar de nuestra queridísima Selección Española. Que orgulloso me siento de ser español (lo siento por los nacionalistas que no sientan como suya esta victoria, pero está claro que con una selección propia no sé si llegarían a tanto algún día –véase por ejemplo donde se encuentra la selección de Andorra-).

Pero bueno, a lo que vamos. ¡Qué éxito! ¡Qué equipo! ¡Qué máquinas! Y fue como si nos les costara nada. Les salía prácticamente todo lo que intentaban (aunque no llegaban a consumar en el gol), asustando a los alemanes durante todo el partido. Nos metíamos hasta el portal de su casa, le dejábamos un regalito bomba, y después otro, y otro más... jeje... que bien nos lo pasamos todos. Aunque lo cierto es que cuando ellos llegaban a nuestra portería también sufríamos (se te paraba el corazón pensando: ...ya está, aquí se acaban nuestro sueño...), pero al final la gloriosa cabeza (que no es poca cosa todo hay que decirlo) de nuestro Puyol consiguió batir al enemigo. Hundió el balón en la portería rival como si fuera un cañonazo. ¡Y hala...!

Todo el mundo se volvió loco... Se empezaron a escuchar gritos, golpes, hurras, tracas, pitos, trompas, más gritos... por todos lados. España entera se unió y la península tembló durante unos minutos de euforia... Por fin hemos conseguido algo bueno...

Hemos entrado en la historia (y por algo bueno, que tal y como están los tiempos…) de nuevo. Nos ha devuelto la esperanza en todos nosotros. Podemos conseguir cualquier cosa. Ahora ya sólo nos queda esperar a ver cómo termina este sueño. Nuestro próximo rival tiene que estar acojonadito. Ya veremos entonces, pero lo hecho, hecho está, y ahí se queda para siempre. Y nosotros, los que lo hemos vivido y sentido, lo recordaremos toda nuestra vida...

¡Viva España!